La desinformación y las mentiras pueden ser tan contagiosas y peligrosas como la enfermedad. Es importante que no creamos todo lo que vemos en redes sociales y que siempre nos informemos en canales oficiales.
Aquí te compartimos algunos de los mitos más comunes que se comparten y te explicamos por qué son mentira.
Recuerda: no compartas información falsa, porque podría tener consecuencias para la salud.
Mito
La vacuna contra la influenza protege del contagio de COVID-19.
Realidad
NO. La vacuna contra la influenza no brinda protección contra el nuevo coronavirus.
Mito
Se puede reutilizar un cubrebocas desechable.
Realidad
No debe reutilizarse, ya que se corre el riesgo de que se contamine al ser utilizado desde la primera vez. Hay que cambiarlo en cuanto se humedezca.
Mito
Comer ajo ayuda a prevenir el contagio de COVID-19.
Realidad
No hay evidencia de que comer ajo proteja a las personas del nuevo coronavirus.
Mito
Consumir chile ayuda a reducir el riesgo de contagio de COVID-19.
Realidad
No se ha comprobado que el contenido de los chiles prevenga o cure el coronavirus.
Mito
El virus del COVID-19 no sobrevive en climas cálidos o húmedos.
Realidad
El virus sobrevive en cualquier clima.
Mito
Se puede matar el virus del COVID-19 con cloro u otros desinfectantes.
Realidad
No, estas sustancias pueden ser tóxicas si se ingieren e irritar la piel y ojos al entrar en contacto.
Mito
Se puede prevenir el contagio de COVID-19 con exposición constante a temperaturas mayores a 25 grados.
Realidad
Sin importar el clima o la temperatura, se puede contraer el virus. Lo mejor es lavarse las manos con frecuencia y evitar tocarse la nariz, ojos y boca.
Mito
El COVID-19 solo afecta a personas mayores.
Realidad
El virus COVID-19 puede contagiar a personas de todas las edades; sin embargo, las personas adultas mayores y las que tienen enfermedades crónicas pueden ser más susceptibles a enfermar gravemente.
Mito
Hacer gárgaras con enjuague bucal o limpiarse la nariz con solución salina ayuda a eliminar el virus del COVID-19.
Realidad
No hay evidencia de que estas prácticas protejan a las personas de contraer el nuevo coronavirus.
Mito
El nuevo coronavirus puede transmitirse a través de la picadura de mosquitos.
Realidad
No existe evidencia de que el nuevo coronavirus pueda transmitirse por mosquitos. Se propaga por gotitas de saliva expulsadas por una persona infectada al toser o estornudar.
Mito
Los gatos y perros pueden transmitir el COVID-19.
Realidad
Actualmente, no hay evidencia de que los animales, como perros o gatos, puedan infectarse con el nuevo coronavirus, aunque siempre es una buena idea lavarse las manos con agua y jabón después del contacto con las mascotas.
Mito
El COVID-19 se puede tratar y prevenir con antibióticos.
Realidad
NO, el COVID-19 es un virus. Los antibióticos no funcionan contra los virus, por lo tanto, no deben usarse como un medio de prevención o tratamiento.
Mito
Puedo contagiarme de COVID-19 en el agua de la alberca.
Realidad
No hay evidencia de que el COVID-19 se pueda propagar en las albercas, debido a que el cloro utilizado en el agua inactiva y mata al virus.
Mito
Los termómetros de pistola pueden causar cáncer.
Realidad
Completamente falso. Los termómetros de pistola no generan ningún tipo de daño cerebral ni provocan cáncer, ya que no usan radiación. Utilizan un sensor infrarrojo que mide la temperatura.
Mito
Los oxímetros pueden usarse para robar las huellas digitales de las personas.
Realidad
Falso. Los oxímetros son dispositivos que miden el nivel de oxigenación en la sangre a través de un led infrarrojo.
Mito
Las lámparas UV para la desinfección eliminan el coronavirus.
Realidad
No, estas máquinas pueden causar irritaciones fuertes, no deben ser usadas para esterilizar las manos u otras partes del cuerpo.